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Tu futuro como higienista bucodental te llevará a ver pacientes con patologías muy diversas. Unas se repiten más que otras, por eso en este artículo te presentamos las 5 enfermedades en los dientes y encías que más aparecen en la consulta de un dentista.
Estas 5 patologías son caries, gingivitis, periodontitis, halitosis y bruxismo.
Caries
La caries es lo que todos identificamos visualmente como dientes negros pero no tiene por qué ser exactamente así.
Se trata de la destrucción de los tejidos del diente provocada por los ácidos que genera la placa bacteriana. Dicha placa son colonias de bacterias que fabrican ácidos a partir de los restos de comida que se hallan en la boca.
La aparición de caries dental se asocia al consumo de azúcares y ácidos contenidos en los alimentos, a la genética de cada persona y a la higiene bucodental deficiente. Esta mala higiene dental puede deberse a que el paciente se lava los dientes con poca frecuencia o bien a que cuando no lo hace correctamente.
El tratamiento habitual de la caries dental es el empaste si no está en fase avanzada. Si lo está se suele practicar una endodoncia y en los peores casos hay que extraer el diente.
Gingivitis
La gingivitis es una enfermedad bacteriana que provoca inflamación y sangrado de las encías. La proliferación de bacterias viene en parte por los restos de alimentos que quedan atrapados en los dientes.
Muchas de las gingivitis vienen causadas por las muelas del juicio, ya que el crecimiento de esa origina una concavidad que es donde se deposita la bacteria. Otras causas de la gingivitis pueden ser:
- Los cambios hormonales que se llevan a cabo durante el embarazo o la menopausia.
- El uso de anticonceptivos orales.
- Algunos tratamientos para la epilepsia.
- Algunos tratamientos inmunosupresores.
- Ciertos tipos de enfermedades como diabetes, leucemia o SIDA.
- El tabaco.
- Tener los dientes muy juntos dificulta el cepillado y la eliminación de la placa bacteriana.
- Empastes o coronas mal realizados.
La gingivitis es ese tipo de patología al que no damos mucha importancia y acabamos pasando por alto. Pero si no se trata puede derivar en una periodontitis. Te hablamos de ella a continuación.
Periodontitis
La periodontitis, comúnmente conocida como piorrea, es una enfermedad que afecta a las encías.
Muchas veces comienza como gingivitis, para luego evolucionar a una recesión de las encías y pérdida de hueso. Cuando se pierde hueso de la encía la pérdida del diente es inevitable debido a que se queda sin soporte. Esto no ocurre siempre, generalmente se llega a estos extremos cuando se empieza con una gingivitis y no se trata adecuadamente.
Según en qué estadio se encuentre, la periodontitis puede ser leve, moderada o grave. Según su extensión es localizada o generalizada.
El tratamiento de la periodontitis se basa en el estudio de la cavidad bucal con radiografías y limpieza bucal profesional. Posteriormente se hará un raspado y alisado radicular, proceso que hay que realizar con anestesia.
Tras estos tratamientos el paciente tiene que llevar una higiene bucal muy estricta y acudir con frecuencia a revisiones.
Halitosis
La halitosis es lo que todos conocemos como mal aliento. Puede deberse a los siguientes factores:
- Higiene bucodental deficiente.
- Caries.
- Periodontitis activa.
- Consumo habitual de tabaco.
Para tratar la halitosis es necesario identificar por qué se está produciendo. Generalmente el paciente tendrá que mejorar su higiene bucal y el odontólogo buscará posibles focos de infección.
Si después de tratar de buscar las causas en la boca no se halla ninguna, habrá que derivar el caso a un médico especialista en aparato digestivo. La halitosis no siempre parte de la boca sino del estómago o el intestino.
Bruxismo
El bruxismo es el hábito de apretar los dientes durante periodos largos de tiempo. Puede ocurrir durante el día o durante la noche. Es más frecuente que suceda durante la noche ya que se hace de forma inconsciente.
Una persona que padece bruxismo puede despertarse con dolores en la zona de los dientes, de los músculos destinados a la masticación, dolores de cabeza o incluso sin dolor alguno.
No se conoces con exactitud cuál es la causa del bruxismo. Solo se sabe que es una enfermedad que ha ido en aumento y se asocia al estrés, debido a los niveles crecientes de estrés que se están teniendo.
Los efectos que tiene el apretamiento prolongado en los dientes son:
- Pérdida del esmalte dental. Esto es desastroso porque puede quedar al descubierto la dentina, por lo que la sensibilidad en los dientes aumenta al ser la dentina más blanda que el esmalte. Igualmente, al perder el esmalte la destrucción del diente se acelera. El único tratamiento posible es una endodoncia, pero si el problema persiste es posible que acaben deteriorando, cayéndose o haya que extraerlos.
- Pérdida de altura en los dientes: al ocurrir eso la mordida queda afectada. El paciente tiene que morder más profundamente, por lo que la estética facial se ve perjudicada porque la persona parece más mayor.
Esta patología no puede curarse completamente porque, al depender del estrés, la única solución es que el paciente lleve una vida menos estresante. Lo único que se puede hacer es impedir la destrucción de los dientes.
Además de las soluciones que antes hemos señalado, se aconseja al paciente que utilice una férula dental de acrílico para dormir. La férula también se puede utilizar durante el día si el paciente aprieta los dientes durante el día y su actividad le permita utilizarla.
La férula se sitúa entre los dientes superiores e inferiores y actúa como amortiguador. En lugar de desgastarse los dientes se desgasta la férula, por lo que hay que cambiarla de vez en cuando.
Otra solución es reparar la dentadura dañada con prótesis, coronas o incrustaciones. Estas reparaciones también pueden dañarse con el tiempo por el apretamiento dental, entonces es si cabe más importante que el paciente use la férula.
Para evitar las enfermedades de los dientes y encías en fundamental una buena higiene bucodental
Exceptuando el bruxismo, hemos visto que las enfermedades de los dientes y encías más frecuentes se deben en gran parte a una higiene bucodental deficiente. Así que toca ponerse las pilas con ello y hacer caso de las recomendaciones de los higienistas dentales.
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